Esa es la mía. Y los que la conocen la han visto cómo se cambian los muebles y sus usos con el tiempo e incluso los ambientes! Y es que nunca se termina… cuando miro fotos no lo puedo creer, parece ser parte de esas otras vidas que ocurrieron en esta misma.

Ahora le tocó a esta cajonera. Estuvo en mi cuarto y después se fue al de Aitana con ella (cuando tuvo el propio). Ahora Aiti ya no la quería más y tampoco la usaba. No entraba en los planes para remodelar su cuarto a su gusto y se me ocurrió llevarla para el taller. Pero había un problema… estaba bastante hecha pelota y llena de pegotines de Hanna Montana, cosa que por otra parte a Aiti YA no le gustaba… los pegó cuando era más chica… Me hubiera gustado tener la paciencia para lijarla toda y pintarla de una forma loca. Quien sabe todavía le llegue ese momento. Por ahora lo solucioné así: lunarcitos de variaciones de un mismo color por cajón hechos de cartulina. Faltan algunos cajones, pero ya se ve mejor! 

Ahora resulta que mis hijos se quieren apropiar cada uno de un cajón… Cómo? jaja

Cuando la puse en el lugar, quedó con cara de que siempre había estado ahí. Tengo en mente otro proyecto para modificar lo que está al lado… a la izquierda (no se ve en la foto porque es impresentable, jaja)♥

Los colores salen bastante distorsionados, la verdad… En el de arriba son variaciones de violeta, el que parece celeste es lila!

Y a la mesita chica del taller le tocó re pintada! Mate YA la estrenó!

Quedaría buena la cajonera pintada, no? Me da pereza lijarla toda porque tiene barníz por arriba…
 
Y hace algunos días ya, conseguimos estas cajas para guardar el despiole del taller. Quedaron justitas debajo de la escalera!

Continuará… 😉

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